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Dominicanos en Madrid conmemoran el 170 aniversario de la Independencia de la República Dominicana





Embajador dominicano ante
el Reino de España, recordó el proceso histórico del 27 de  Febrero, y destacó que  “para la República Dominicana el
panorama  internacional es  diferente, porque resulta consustancial a su
propia independencia. La soberanía 
para  marcar su propio destino, su
futuro y su política migratoria, hoy día está sometida en el
reordenamiento  territorial con la
controversial  sentencia del Tribunal
Constitucional.





Por
Doris Araujo y  Olmedo Pineda





Madrid,
España.-
Al cumplirse el 170 aniversario de la gesta de
independencia de la República Dominicana, el pasado 27 de febrero, una comisión
de dominicanos residentes en la madre patria, depositaron una  ofrenda 
floral en el busto de Juan Pablo Duarte uno de los Padre de la Patria,
para conmemorar esta heroica fecha.





El acto estuvo
presidido  por Don  Cesar Medina 
Abreu, Embajador de la República Dominicana ante el Reino de España, Don  Gonzalo Ortiz Lázaro, Director General de
Inmigración de la Comunidad de Madrid, Don Juan Cuevas, Cónsul General de la
República Dominicana, Don Álvaro Ballarin, Concejal Presidente, Distrito
Moncloa- Aravaca, además hicieron acto de presencia  agregados militares y miembros  del 
cuerpo Diplomático acreditado en España, empleados , asociaciones y
personalidades de la prensa.







El excelentísimo Embajador
de la República Dominicana ante el Reino de España,  Licenciado César Medina Abreu,  durante el acto, dirigió un discurso, donde
puntualizó de manera explícita la 
situación actual del  país en
relación al Tribunal Constitucional y  la
sentencia  168- 13,
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Dicho acto  oficial del histórico 27 de  febrero de 1844,  fue organizado 
por la Embajada de la República Dominicana ante el Reino de España, y
el  Consulado General de la República
Dominicana en Madrid, en el marco de la celebración del mes de la  dominicanidad, el  cual contó con participación de la Banda de
Música de la Policía  Municipal, que
interpretó los himnos de España y  de la
República Dominicana.










Discurso
de don Cesar Medina Abreu, Honorable Embajador dominicano ante el Reino de
España, el 27 de Febrero del 2014, en Parque del Oeste, ante el busto de Juan
Pablo Duarte en la comunidad de Madrid.





SEÑORAS
Y SEÑORES:





La Independencia de
nuestros países siempre es motivo de celebración y regocijo. En mi
particularidad, esta es la quinta ocasión en que tienen ustedes la gentileza de
compartir este tributo que cada año ofrecemos al Padre de la nacionalidad
dominicana, el Patricio Juan Pablo Duarte.





Nuestra llegada a
principios de 2009 coincidió con el agravamiento de una de las grandes crisis
económica de la historia europea, y en particular de España que en ese momento
estaba atenazada por una crisis social y política que amenazaba sus cimientos
democráticos, con el paro laboral creciendo sin detenerse y la ciudadanía
sumida en la incertidumbre.







El panorama que se
presenta hoy es diferente. España ha comenzado a dar signos de que su economía
se recupera, ha cesado la crisis social, y en los españoles comienza a resurgir
la fe en un futuro promisorio. Gracias a Dios, el porvenir se ve hoy muy
distinto a cuando llegamos a Madrid hace un lustro.





Para la República
Dominicana, el panorama internacional es también diferente.


Esta ocasión reviste
características muy especiales porque encuentra a nuestro país en medio de una
controversia por un derecho que resulta consustancial a su propia
Independencia: la Soberanía para marcar su destino, su futuro, su política
migratoria…







Convivimos en el reducido
territorio de la isla caribeña de La Hispaniola con la  República de Haití, y con los haitianos compartimos
además de nuestras riquezas y pobrezas, nuestras virtudes y defectos, nuestros
avances y nuestros atrasos, nuestra cultura, nuestra música, nuestro folclore…
Todo lo compartimos como buenos hermanos que somos.





La relación histórica
entre haitianos y dominicanos ha sido siempre cordial y respetuosa. No así los
vínculos políticos que desde hace más de dos centurias nos han planteado
caminos bifurcados y rutas paralelas. Haití, por su idiosincrasia social y
cultural, por el origen de sus habitantes, por su propia naturaleza, es
culturalmente distinto a República Dominicana, a pesar de nuestra cercanía y
hermandad.





Culturalmente la República
Dominicana se aproxima más a la española debido a la larga dominación de la
Corona en la parte oriental de la Isla, y de ahí nuestra lengua, nuestros
hábitos y nuestras tradiciones. Haití estuvo por muchos años bajo el dominio de
Francia, lo que explica las diferencias idiomáticas y culturales. Somos,
consecuentemente, dos pueblos unidos por las mismas calamidades, los mismos
infortunios, la misma historia de ocupación y abandono… Pero con distintos
destinos.







Recorriendo esos  caminos bifurcados en
los
que nos colocó la historia, Haití ocupó durante 24 años nuestra
parte de la isla, y fue un día como hoy, precisamente el 27 de febrero de 1844,
hace 170 años, cuando dimos nuestro grito de Independencia para recuperar no
sólo nuestra libertad como nación libre, sino también nuestra soberanía para
marcar nuestro destino.





Esa soberanía es
exactamente la misma que tiene y que le corresponde al Estado haitiano y de la
que hace uso a conveniencia de sus intereses, y la que nadie tiene derecho a
regatearle. Y que nosotros respetamos y defendemos.





Es precisamente a eso que
aspiramos los dominicanos… a que nadie nos regatee nuestros derechos como
nación libre e independiente.  Entre esos
derechos el principal es la libertad para aplicar una política migratoria que
nos permita por lo menos saber quiénes son y dónde están los extranjeros que
residen en nuestro territorio y saber a qué se dedican para que ejerzan sus
derechos con absoluta libertad y en el marco del decoro humano.





Para ilustrar
correctamente esta situación, es preciso aportar los siguientes datos:





La isla de La Hispaniola
está habitada por 20 millones de personas, diez millones de haitianos y otros
diez de millones dominicanos. La parte oriental de la isla ocupa dos terceras
partes de su superficie, algo más de 48 mil kilómetros cuadrados, y por razones
políticas, económicas y sociales se ha producido una migración incontrolada de
la parte haitiana hacia la dominicana en las últimas décadas.





En este momento en la
República Dominicana residen más de un millón de haitianos, la gran mayoría de
ellos en condición de indocumentados; aun sin poseer ningún tipo de documento,
esos ciudadanos transitan libremente por las calles y carreteras del país sin
que ningún policía o inspector de migración los detenga para preguntarle si
tiene pasaporte o si tiene visa o residencia para permanecer en territorio
dominicano.





En este momento esos
haitianos ocupan el 80 por ciento de las plazas de trabajo en el sector
agropecuario informal y lo mismo en el sector de la construcción o industria
del ladrillo, y en el mercado turístico su presencia ha ido en aumento significativamente.





En nuestro país no se le
pone ningún obstáculo a ese desempeño eficiente de la inmigración haitiana…





 ¿Cómo hacerlo si somos también un pueblo de
migrantes?





Actualmente en España, a
pesar de la crisis económica que agobia a toda Europa, residen cerca de 150 mil
dominicanos, muchos de ellos en segunda y tercera generación, y aquí han
recibido un trato amigable, afectivo, acogedor, sin discriminación de ninguna
naturaleza.





Los dominicanos también
hemos acogido como hermanos a los inmigrantes haitianos y de otras muchas
nacionalidades que residen en nuestro territorio. Y así seguirá ocurriendo
porque somos un pueblo bueno y generoso…





A lo que no podemos
renunciar es a la soberanía para dictar normas, leyes y reglamentos que se
avengan a nuestros intereses como nación libre sin incurrir en violación de los
derechos humanos consagrados en los estatutos internacionales que rigen la
materia.





No aspiramos a  nada más… Pero tampoco a nada menos.





Señoras y Señores: El Mes
de la Dominicanidad que celebramos todos los años en esta fecha tan importante
para nuestra patria, es una oportunidad grandiosa para valorar la constante
evolución de las relaciones entre España y la República Dominicana.





Día a día los lazos se
fortalecen, promoviéndose   por parte de
ambos países desde los sectores público y 
privado,  as
í como de la sociedad civil y las
ONG´s , iniciativas
que buscan diversificar la inversión, los
intercambios comerciales, científicos y culturales, todo esto en un marco de
cooperación.





De esta forma, el gobierno
y el pueblo dominicanos reiteran su solidaridad a España a la vez que agradecen
profundamente sus aportes a nuestro desarrollo integral y su apoyo a la
comunidad dominicana que ha hecho vida aquí y que ya se siente española.





En nombre del Gobierno y
del pueblo de la República Dominicana deseo expresarles nuestra eterna deuda de
gratitud por su compañía en este momento de tanta solemnidad en que honramos la
Independencia Nacional y la memoria del padre de nuestra nacionalidad, Juan
Pablo Duarte.





MUCHAS GRACIAS.-







Palabras leídas por el
Embajador de la República Dominicana ante el Reino de España, César Medina
Abréu, el 27 de Febrero de 2014, ante el busto del Patricio Juan Pablo Duarte
en Madrid.


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