Por Juan Colón.
No soy metafísico pero cada hecho, fenómeno, o virus tiene no solo unas causas, sino además razón de ser.
En esta reflexión tengo más preguntas que respuestas. y si la naturaleza nos está cuestionando nuestro estilo de vida? Donde el egoísmo, odio, indiferencia, maltrato al medio ambiente; pues, nuestros ríos, cañadas y mares están llenos de desperdicios tóxicos, dando muerte a las especies y al propio ecosistema.
Los humanos producimos en promedio unos 365 kilos de basura al año por persona ( pero producimos más basura espiritual) la naturaleza en cambio no produce basura sino insumo o alimento para otro organismo.
Y si nos quieren dar un mal menor (hasta ahora unas 4 mil muertes por coronavirus) para que dejemos nuestra indiferencia frente a 22 mil niños que mueren cada día, siiii cada día a causa de la pobreza, más de 1300 millones de personas sufren de pobreza extrema, mientras apenas el 0,7 por ciento de la población mundial tiene la riqueza del 45 por ciento del planeta.
Tenemos potencias policías del mundo, y hasta hablan de derechos humanos, ¡pura hipocresía¡ según Oxfam, para combatir la pobreza se necesitaran 60,000 millones de dólares, es decir, menos del dinero que posee uno solo de los más ricos del mundo, menos del presupuesto militar de un año, de una de las grandes potencias léase Estados Unidos, China o Rusia, a pesar de no estar en Guerra, por ejemplo el presupuesto de Estados Unidos del 2019 fue de 649,000 millones de dólares.
Hoy en día hay 925 millones de personas desnutridas en el mundo, pero la sociedad de consumo con cara de democracia, la que todos alabamos desperdicia 1300 millones de toneladas de comida.
Quizás esta epidemia mundial, que ha obligado a cada familia en los países desarrollados y no, a recluirse en sus casas, nos está diciendo que volvamos a mirar la familia, que por qué tanta prisa si siquiera sabemos hacia dónde vamos. Y sobre todo nos está recordando lo endeble que somos, ricos y pobres, y nos ayude a escuchar la sabia voz, debajo del sol somos todos pequeños, lo demás vanidad de vanidades.
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