Adolfo Scilingo fue
condenado por ejercer acciones en los "vuelos de la muerte", en
los que le quitó la vida a 30 prisioneros al lanzarlos desde un avión al mar.
El ex marino argentino, Adolfo Scilingo, fue capturado por
las cámara de un medio de comunicación español caminando libremente por las
calles de Madrid, España, luego de ser condenado a 1084 años de prisión por estar implicado en los llamados "vuelos de la muerte" que se llevaron a cabo
durante la dictadura militar argentina (1976-1983).
El ex capitán Scilingo fue acusado de lanzar desde un avión a 30 prisioneros del régimen argentino que expresaban su postura en contra de la
dictadura de ese entonces.
Scilingo cumple su condena en Alcalá de Henares, ciudad ubicada al
noroeste de Madrid, y debido al
progreso de su pena y tras ser clasificada de segundo grado, tiene derecho
a salir de la cárcel un total de 36 días de cada año, estos repartidos en
tramos no superiores a los 7 días.
Los "vuelos de
la muerte", consistían en arrojar en pleno vuelo y a una altura que
asegurase la muerte a personas que no tenían consonancia de pensamiento con los
líderes de la dictadura.
Fue un método de
exterminio que cobró la vida de incontables víctima, a quienes se les
indicaba que iban a ser trasladados de prisión. Tras un sorteo, los
seleccionados debían realizar una cola todos los días miércoles para ser
supuestamente "reubicados".
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Las víctimas eran previamente inyectadas con pentotal sódico, un somnífero, para justificar esta práctica les
indicaban que esto era una vacuna, luego eran arrojadas de la nave parcialmente
desnudas sobre el mar o el Río de la Plata, con el fin de hacer
desaparecer los cadáveres y las pruebas de los crímenes.
Pese a estas
prácticas que violaban todos los derechos humanos que no prescriben,
exmilitares como Scilingo en pleno siglo XXI gozan del respeto de los
derechos que no les fueron otorgados a las víctimas.
Un caso similar es el de Miguel Osvaldo
Etchecolatz, ex policía argentino condenado por secuestro y asesinato
durante dicha dictadura, a quien actualmente le fue concedida la prisión
domiciliaria por orden del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 de La
Plata, Argentina. Tras un fuerte rechazo popular, Etchecolatz debió volver a la
cárcel.
Para muchos
personas entre familiares y ciudadanos de diversos países, estas acciones
manifiestan un retroceso en materia de Derechos Humanos.
Fuente TeleSur
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