Veo muchísimas mujeres que exigen mucho y no dan nada.
Por Dominga Valdez.
Observé hoy una estampa muy cotidiana en un consultorio médico, a el paciente no pudieron hacerle el procedimiento ambulatorio, pues andaba sin acompañante.
Observé hoy una estampa muy cotidiana en un consultorio médico, a el paciente no pudieron hacerle el procedimiento ambulatorio, pues andaba sin acompañante.
¿Anda solo?
Le preguntaron.
Sí, respondió el señor de aproximadamente unos 55 años.
"Le informamos a su esposa que usted no podía venir solo".
"Le informamos a su esposa que usted no podía venir solo".
¿Y su esposa?
Insistió la secretaria.
" No quiso acompañarme", respondió el elegante hombre de ojos
verdes y pelo canoso.
Escuché la situación, fue muy penosa.
Escuché la situación, fue muy penosa.
Luego el señor le cuenta a otro paciente de al lado, mío, que a su
esposa no le gusta esperar en citas médicas además le da mucho frío.
Oigan eso.
Me apenó mucho escuchar tales excusas baratas, pues el mismo consultorio
estaba repleto de personas mayores, todos en parejas, acompañándose como dice
el juramento ante el altar
" En la salud
y la enfermedad".
Las esposas y concubinas, deben velar también por la salud de sus
esposos y maridos, ellos también ameritan ese respaldo y atención cuando
enferman.
Todo no es para las mujeres solamente, realmente es en la enfermedad
donde se crece el amor y se fortalecen los matrimonios.
Cuidar a los esposos para que ellos mañana hagan lo mismo con nosotras,
recuerden mis guerreras que lo que va, viene, sembrar para cosechar, dar para
recibir, amar para ser amada.
Cuidarnos los unos a los otros, es parte del amor.
Equidad en todo, es lo mandatorio.
Equidad en todo, es lo mandatorio.
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