Lucinda de la Rosa, in memoriam. - CADENA INFORMATIVA Lucinda de la Rosa, in memoriam. - CADENA INFORMATIVA

Lucinda de la Rosa, in memoriam.





Doctor Manuel de Jesús Perez Sánchez, Ex Jefe de la Policía Nacional






1.- Los 105 de la abuela: la fortaleza de su
otoño.




Por Manuel de Jesús Pérez Sánchez, Pasado Jefe
de la Policía Nacional.




Tu dulzura, sólo comparable al optimismo
proverbial de tus actos cotidianos, resuena con energía en el transcurso de los años, se multiplica y agiganta con cada uno de tus descendientes, apenas deja
ver a la chica de las trenzas blancas, en su brioso corcel con su fusta en las
manos, agitando el viento, en veloz carrera hacia el infinito, esperando que le
alcances en el sueño eterno, junto a Fellita, Livia, Fellito y tantos otros...




Son más de 105 los hijos, nietos, biznietos y
tataranietos; pero solamente son 105 años de vida hermosa, fructífera, plena,
abundante en dicha, salud, bienestar, los que llevas sobre la faz de la tierra;
iluminando con tu amplia sonrisa el camino hacia el inevitable encuentro, que
esperamos tarde mucho tiempo en producirse.




Todos te aman con locura, se sienten afortunados
de tenerte con esa lucidez mental que no creímos disfrutar a estas alturas, con
esa alegría de vivir y ese entusiasmo contagioso, fortaleza de tu otoño, farol
potente y clave absoluta del éxito tuyo y de tus descendientes.




Para la Chica aquella, fuiste solamente su
primogénita; su dulce bebe; la piedra angular de la formación en ideas y
valores del resto de sus hijos; su tesoro preciado, su orgullo, su digna
continuadora; su Lucinda de siempre, su amiga fiel; su compañera en los galopes
hacia la misa dominical....




Para los que llevamos tus genes en los
cromosomas, para tu familia, tus amigos, eres no solamente la continuidad de la
Chica aquella de las trenzas blancas que, por cierto, ya las ha heredado la tía
Rosa; justamente al cumplir sus cien años; eres también la espada trastocada en
mocha para el cultivo agrícola de tu conuco de cinco tareas; allá en la
frontera de tu hogar; donde crecían los ajíes y tomates del revoltillo de
huevos del desayuno; el rulo, el guineo, el plátano, la yuca, yautia, la
naranja Juan Basilio, la piña del postre, la verdura y el cilantro ancho.




Verte cruzando la alambrada y desterrando la
maleza a tu paso, cual guerrero rabioso que elimina sin contemplaciones al
enemigo; al que conspira contra el bienestar de los tuyos; al que impide la
abundante cosecha, solo se iguala al genio de la industria en que te convertías
cuando batías enérgicamente la leche para producir la mantequilla y el queso de
la compaña para alimentar los tuyos; oh abuela querida, enorme y grande sin
igual; has sido y eres ejemplo de lealtad y fidelidad a los tuyos; de
inconmensurable amor en tus preocupaciones para que nunca tus nueve hijos
anduvieran juntos en un solo vehículo, para cuidarlos, protegerlos y guiarlos
en el sendero del bien obrar, la verdad; la justicia y la caridad.




A tus nietos y biznietos los visitabas no
solamente cuando nacían, sino también en cada acto importante de su vida; oh
que grandioso verte junto a tu esposo llevarlos a la playa; participar de sus
cumpleaños; abrazarlos en las universidades durante las graduaciones, estar en
primera línea en sus bodas...,,,




El coraje y fortaleza demostrados en tu reciente
viaje al Este para visitar a tus hermanas; inspeccionar tus propiedades y
saludar a tus vecinos; es una hazaña más dentro de tu amplia cadena de éxitos;
otro rasgo de la esencia de tu personalidad amorosa sin igual, de tu
solidaridad y tu celo por la familia.




Desconozco si el origen de esa fuerza es tu fe o
es acaso tu inagotable amor por los tuyos; herencia de la chica aquella, o el
coraje y valor de tu padre tal vez, o quizás es la renovación continuada de tu
interés por vivir cada vez que te ruborizas cuando recibes el beso en la
mejilla; pero con absoluta certeza se que es la base de tu salud, tu apetito
por el tocino, el chicharrón  y el resumen de la ternura y cariño con los
cuales te alimentan tus hijos. Feliz cumpleaños, larga vida y mucha salud!!




2.- Los 106 de la Abuela Lucinda



Abuela, ya sé que fuiste madre de nueve hijos, así
como padre también de alguno de estos, con tu ejemplo de seriedad, dedicación
y  consagración al trabajo.




Desde la infancia, llevado por el brazo fuerte
de mi madre, pude ver tu capacidad de trabajo, la ejecución de labores
-reservadas a hombres- que estaban a tu cargo: blandir el machete de hoja ancha
en el Conuco; recolectar el cacao y convertirlo en chocolate, batir la leche
hasta hacer mantequilla; transformar en queso el producto del ordeño del día!




Todavía gozo y celebro tu buen humor, tu jovial
alegría, tus cuentos y chistes, especialmente el del compadre al que ofrecías
una taza de café con leche y te pedía por separado la leche y el café, en ese
momento y después; y que no volvería a comer hasta no encontrar que!




También conocí tu habilidad para llevar con un
fino talento los negocios familiares, sin perder nunca el foco y la orientación
acerca de la unidad, el apoyo individual a cada nuevo grupo de familia, de
nietos, bisnietos y tataranietos.




Supe de tu perseverancia con los cocoteros plantados
por tu padre en viernes santo que no parieron, pero que luego sembraste de
nuevo y has dejado frente a tu hogar allá entre Higüey y El Seibo.




Tus celos con aquel de tus nietos o bisnietos
que viviendo fuera del país entrara al territorio nacional sin visitarte 
y la reprimenda de que era objeto pues con sus múltiples canales de información
siempre te enterabas del más mínimo detalle de la familia entera.






Pero no conocía a profundidad tu entereza, tu
valor ante el sufrimiento personal, tu capacidad de encarar a la muerte, de
desafiarla, de llamarla a venir a tu encuentro! Ni la solidez de tu fe, para
estar dispuesta a  ir a la Casa de El Señor sin haberte llamado, sabiendo
que es tránsito necesario hacia la vida eterna.




Creía que eran cuentos los relatos acerca de la
valentía de tu padre El Lai, su enfrentamiento contra 50 hombres armado solo
con un machete, las historias de tus cabalgatas de 40 kilómetros para asistir a
la misa del domingo; tu precaución y prudencia al cerrar la casa a las cinco de
la tarde para impedir la entrada de insectos, y sin embargo ahora, al verte
cumplir los 106 años de vida, estoy viendo claramente que todo es verdad.






Incluso soy testigo de tu determinación de
vivir; sintiendo la pena y la tristeza, pero imperturbable, ante la partida de
todos tus hermanos, aceptando los hechos, afrontando con nobleza la realidad;
aceptando la extrema unción con humildad, acallando tus lamentos de dolor al
recibir el beso amoroso de tus hijas, ofreciendo con tu ejemplo un modelo de
vida basado en el trabajo, la alegría, la prudencia y la fe!




Debes saber que con tu ejemplo continuarán no
sólo Argentina, Silvio, Dalia, Rafael, Amable, Dominga, Nereyda, Ricardo y
Monchy sino también tus nietos, bisnietos y tataranietos!




Que Dios bendiga tu vida, tu salud y tu ejemplo,
derrame ese estilo de vivir sobre tus descendientes y lo conservemos por
siempre amén!


Manuel de Jesús, mayo 2016.-



2.-Agonía de la Abuela



Es dolor lo que veo en tu rostro. Solamente
sufrimiento. Ha desaparecido la sonrisa eterna, la alegría de vivir!




La triste queja del dolor inunda el ambiente,
retumba en mi cerebro. Despierta la imagen de un rostro que nunca llevaste, una
piel sin músculos cubriendo los huesos, la boca sin dientes exageradamente
abierta a fin de respirar apenas.




Es triste el final, es dolorosa la despedida. Un
cúmulo de recuerdos de toda una vida es una pesada carga, que nubla el habla,
dispara las lágrimas, atrabanca el sonido, enmudece el alma.




Por qué te has ido abuela dicen los más jóvenes,
los más grandes lloran en silencio ante la proximidad de  tu partida al
encuentro con la chica de las trenzas blancas, con el Lai, Rosa, Fellito....




En la casa grande solo hay silencio, oraciones,
ruegos, junto a los llantos y lágrimas de las muchachas que tratan de disimular
su dolor....


Junio 4 del 2016



4.-Partida de la Abuela



Era una tarde soleada del final de la primavera
lo que esperabas para partir.




No querías irte con ese clima tormentoso ni esas
lluvias abundantes.




Con la prudencia como consejera, esperaste el
tiempo propicio, la calma dentro de la tempestad.




Era necesario partir -alcanzar a tu madre
Dominga Javier Morales- en acelerado galope hacia el infinito, a fin de
reunirte con tu padre el Lai, tu adorado esposo Ramón Sánchez Herrera, tus
hermanos y hermanas, cuñados, tus nueras Zoraida Guerrero, Eva García, y tu
nuero Manuel Pérez.




Adelante Abuela; has cumplido con todos tus
compromisos sobre la faz de la tierra; has conquistado el alma de todos, has
terminado con éxito la misión terrenal, has multiplicado la raza humana y has
guiado por el sendero del bien, la verdad y la solidaridad a tu centenar de
retoños, iluminando cual potente faro -con tu ejemplo personal-un camino de
alegría, de fe y de trabajo.




Gracias del alma, por tu tesón, tu ejemplo, seriedad,
valentía, generosidad, nobleza, familiaridad y tu sacrificio, por tus anhelos y
desvelos; gracias abuela y madre, amiga, hermana, vecina; gracias con el alma,
con los sentimientos; gracias, allá donde te encuentras algún día nos veremos,
gracias!!!


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